miércoles, 29 de abril de 2015

Los artículos de Antonio Morales.



      Reflexión sin cadenas. Ideas. Propuestas para el debate. Proyectos claros. Transparencia. Llamamiento a la participación ciudadana.

      Y la seguridad de que estas puestas en común no se deben al juego del tiempo electoral. Antonio Morales lleva muchísimos años compartiendo con su gente, y con todo el que ha querido leerle, sus proyectos y sus sueños. Y lo ha hecho porque sabe que sólo la información y el conocimiento hace a los pueblos libres. Y sólo los pueblos libres son capaces de entender que los valores colectivos están por encima de nuestras pequeñas ambiciones personales.

      Por eso, estoy seguro, Antonio Morales seguirá compartiendo su información. Semana a semana. No se de donde sacará el tiempo, pero lo hará. Y lo hará porque nos necesita. Porque necesita gobernar con la gente. Delegadamente. Transparentemente.


      Antonio Morales no es un brindis al sol. No sale de la nada. No vende humo. Ahí está su experiencia de gobierno: ( Agüimes y la Mancomunidad del Sudeste como aval ) Su preparación contrastada. Su amor por nuestros valores culturales. Su pasión por Gran Canaria y por su Gente.

      A mis amigos, si tuvieran algo de tiempo, les pediría que leyesen el artículo de Antonio Morales. A lo mejor se aficionan y lo vuelven a leer la semana que viene, y la otra, y la otra también.

domingo, 5 de abril de 2015

Menos palabras y más ejemplos de vida.

No es agradable vivir en una sociedad tan autista como la nuestra. Hablamos, discutimos, gritamos,... y no nos entendemos. Y lo peor, es que me da por pensar que este estado de cosas no es casual. Alguien parece estar interesado en convertirnos en zombis. Y tiene que ser alguien muy listo, alguien que tiene claro que para hacerse con el poder absoluto el camino más corto es destruirnos el alma. Y lo tiene fácil. Le bastará con secuestrar las palabras, frivolizarlas, vaciarlas de contenido... Porque, ¿qué somos nosotros sin las palabras?

No permitamos que nos utilicen, nos manipulen, nos engañen. No consintamos que los bárbaros modernos destruyan el patrimonio sagrado que la humanidad ha construido durante milenios.

Libertad, Igualdad, Fraternidad, Honestidad, Justicia, Transparencia, Solidaridad, Compasión, Amor. Son palabras imponentes, hermosas, demasiado grandes para ser pronunciadas en vano.

No les importará. Hablarán, gritarán, llenarán el aire de sonidos vacíos que ya no dicen nada, de promesas que ya nadie escucha, que ya nadie cree. Y llegarán desde todos los sitios, con lenguajes viejos y con lenguajes nuevos, pero las palabras, las de unos y las de otros, habrán perdido su fuerza, su poder mágico, ya no agitarán nuestras mentes, no despertarán sueños utópicos, no empujarán nuestra voluntad.

Maldita sea la inteligencia que planificó tanta destrucción.

Por eso tal vez sería bueno que quienes ahora se esfuerzan por convencernos de sus bondades - y hasta tanto recuperemos el valor de nuestro lenguaje - nos ofrecieran menos palabras y más ejemplos de vida.

José Luis San Pedro, Pepe Mújica o el Papa Francisco son para mi referentes muy importantes. Seguro que ustedes tienen otros. Y algunos muy cerca.