miércoles, 30 de marzo de 2011

Los libros que amé."Cántico Espiritual".- San Juan de la Cruz.

      Siempre ocupó un lugar preferente en mi casa.  El lugar de las cosas amadas.
Cada día, casi siempre a solas, me acerco hasta él, lo miro, lo acaricio y, muchas veces nos hablamos.

      Nuestra relación se remonta a los primeros años de la década de los sesenta. No recuerdo como llegó hasta mí, aunque eso no importe demasiado. Tal vez, como tantas otras cosas que en aquellos días viví, el magisterio amable y libre de Manolo Alemán tuviera algo que ver.

      Nació en 1940, después de que los censores Fr. Eliseys s S. Joeph, y Fr. Marcellus a Puero Jesu, le concedieran su "Nihil obstad," y el  Arzobispo de Burgos lo mandase imprimir.

      Era la tercera edición de uno de los libros más bellos que se han escrito nunca en lengua castellana.  Y estoy por decir - y no creo equivocarme - que uno de los más perfectos de los que se hayan escrito en cualquier otra lengua: "Las Obras Completas de San Juan de la Cruz."

      En una entrada anterior de este Blog me comprometí a escribir de "Libros, sobre todo de Libros", decía. No pretendo sin embargo hacer una exégesis literaria, una crítica documentada y académica. Ni estoy preparado para ello, ni ha sido nunca ese mi deseo. Sólo quiero compartir las emociones que recibí, los sueños que viví, los mundos que descubrí.

      La literatura, los libros; el ensayo, la poesía, la novela, han sido mis compañeros de viaje desde que tengo uso de razón. Con ellos he viajado, polemizado, conocido, amado. Y, seguramente con ellos, aprendí también el gozo de compartir. Eso es lo que ahora quiero hacer.

      La elección de San Juan de la Cruz, y más en concreto de su "Cántico Espiritual", obedece esencialmente a razones emocionales.

      Creo que nadie ha sido capaz de hablar sobre el Amor como lo hizo él. Llevo acercándome al poema desde el año 62 y continúa transmitiéndome "un no sé qué que me deja balbuciendo".

      Leer sus versos, intentar penetrar en sus secretos, gozarnos con la sencillez de sus relatos, es una experiencia que ningún ser humano debiera perderse.

      Después de tanto parloteo insignificante tratando, iluso de mi, de acercarme, de acercaros, a la emoción de esta obra monumental, quiero reescribir aquí, al pie de este comentario, algunos versos sueltos de este maravilloso poema. Ellos, desnudos, sin artificios que distraigan, hablarán mejor que nadie de lo que quise contaros y no pude.

                              1- ¿A donde te escondiste,
                               Amado,y me dejaste con gemido?
                               Como el ciervo huíste
                               Habiéndome herido;
                               Salí tras tí clamando, y eras ido.

                               2- Pastores, los que fueres
                               Allá, por las majadas al Otero,
                               Si por ventura vierdes
                               Aquel que yo más quiero,
                               Decidle que adolezco, peno y muero.
                                                   .............
                        
                               11- Descubre tu presencia,
                               Y máteme tu vista y hermosura;
                                Mira que la dolencia
                                De amor, que no se cura
                                Sino con la presencia y la figura.

                                12- ¡Oh, cristalina fuente,
                                 Si en esos tus semblantes plateados,
                                 Formases de repente
                                 Los ojos deseados,
                                 Que tengo en mis entrañas dibujados
                                                      ..............

sábado, 26 de marzo de 2011

El gran descubrimiento. (Recuerdos.-2)

      Ocurrió hace mucho tiempo. Fue un aldabonazo, una explosión de color. Era muy pequeño pero aún me parece estar viéndome con los ojos desorbitados, la sonrisa cruzándome la cara, saltando de alegría y corriendo hacia mi madre para darle cuenta de mi descubrimiento : En un instante, como por arte de magia, me di cuenta de que "había aprendido a leer."

      Nunca experimenté un gozo mayor. A partir de ese momento, aunque aún no fuese consciente de ello, iniciaba mi camino hacia el conocimiento, la aventura, la fantasía, la libertad. Ya podía leer la lista de la compra que me había hecho mi madre sin que Lolita, la tendera de la esquina, tuviera que tratarme como a un niño pequeño pidiéndome "el papel." Yo ya era mayor.

      Al llegar la tarde, cuando no me quedasen más recados que hacer, cuando hubiese llenado los bidones con el agua de la acequia, cuando los juegos de la calle se hubiesen acabado al toque de retirada de los gritos de las madres, yo buscaría un pequeño rincón en mi casa pequeña, y bajo la tenue luz de una bombilla de nuestra recién estrenada luz eléctrica,"me iría de aventuras con el Cachorro y el Capitán Baco, me sumergería en los Bosques Encantados donde habitan Los Duendes, Los Trasgos y Las Hadas o recorrería mundos lejanos de la mano de Tintín y Asterix. Dios mío, ¡qué feliz era!

jueves, 24 de marzo de 2011

Amo a este hombre.

      Está más delgado, camina despacio, posiblemente con dificultad y tal vez con dolor. Su mirada, limpia y brillante como siempre, refleja una cierta tristeza decepcionada.
Me sigo emocionando cuando le veo, cuando le oigo, cuando le leo.

      Le conocí hace ya algunos años. No recuerdo exactamente la fecha, pero debió ocurrir en el primer lustro de los ochenta. Por aquellos años, Miguel Narros dirigía el Teatro Español de Madrid y Ana Antón Pacheco - directora adjunta - había organizado unas jornadas sobre Shakespeare. Confieso, que aunque la figura del grán dramaturgo era reclamo suficiente para acudir entusiasmado a la cita , mis razones fueron otras: Deseaba conocerle a él. No me defraudó. Habló de teatro y de literatura con pasión, pero su discurso, humilde,  comprometido y sabio fue mucho más allá. Le importaba la vida, le importaba la gente y no perdía ocasión de pregonar sus utopías. Utopías a las que ha sido fiel toda su vida, por las que ha sufrido un doloroso "destierro" político y profesional, pero por las que ha tenido y tendrá siempre el reconocimiento, la admiración y el respeto de mucha gente.

      Años más tarde coincidí de nuevo con él. Fue una anecdota inocente y tierna pero que yo guardo en mi memoria como un regalo. Él debía vivir cerca, yo trabajaba en Alberto Aguilera esquina Guzmán el Bueno, no era extraño pués que nos encontrásemos comprando en el Corte Inglés de Princesa. Lo reseñable, por curioso y por ingenuo, fue que me percaté de su presencia mientras comprábamos en el mismo mostrador unos "pantys" para nuestras mujeres. Me presenté y le rogué que me aguardase mientras iba a comprar uno de sus libros - los tenía todos - para que me lo firmase. Le llevé "El rio que nos lleva". Lo guardo como un tesoro.

      José luis Sampedro, la persona de quién hablo, es un referente moral para muchas personas de mi generación. También para otras.
Economista al servicio del hombre "aboga por una economía más humana,más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos." "Estamos -decía- al final de un sistema de vida que llamamos occidental que ha perdido el impulso que tenía al inicio de la era.""La Iglesia - continuaba - se quedó en el siglo XV, la economía en el XVIII y los políticos en el XIX con un parlamentarismo superado por los medios técnicos."

      Persona comprometida y honesta, se solidariza con los profesores Tierno Galván y Aranguren cuando estos son expulsados de sus cátedras en los años 1965 y 66 y abandona su cátedra de Estructura Económica en la Complutense para convertirse después en profesor visitante de las Universidades de Selford y Liverpool.

      Enorme ensayista y maravilloso escritor de ficción nos ha regalado joyas que perdurarán en el tiempo:
"El mercado y la globalización","Economía humanista","Realidad económica y analisis estructural", o
"La sonrisa Etrusca", "Octubre,octubre"," "El amante Lesbiano","La senda del Drago", "El rio que nos lleva"...

      Pero para mí, José luis Sampedro es mucho más que un economista acreditado, un fantástico novelista, un intelectual de primer orden. José luis Sampedro es un maravilloso ser humano, un referente moral indiscutible, alguien a quién es posible admirar y querer a la vez.
Yo manifiesto públicamente mi amor por este hombre.

viernes, 18 de marzo de 2011

Mi queridísimo "Blog"

      Mi queridísimo Blog, mira tu por donde, he encontrado en ti la excusa perfecta para vencer mi vergüenza, mis temores y mi vanidad. Si también mi vanidad. Desde hoy serás mi psiquiatra, mi confidente, mi página en blanco. Soportarás, sin recriminarme ni juzgarme, todas mis neuras, mis cabreos descontrolados, mis coqueteos con la tristeza.

      Acogerás, tal vez con gozo - no se si los seres inanimados podrán sentir algo así - mis ganas de vivir, mis deseos de compartir, mi amor por la belleza.
Desde hoy y hasta nueva orden, a ti será a quién me dirija. Polemizaré contigo de política, de religión y hasta de fútbol. Pero será solo contigo. Será como un exorcismo. No pretendo enseñar nada a nadie, ni siquiera a tí. Quiero simplemente descargarme de mis tormentos, de mis dudas, de mis inseguridades y también de mis sueños, de mis descubrimientos y de mis utopías adolescentes - las más hermosas y nobles de nuestra vida -.

      Hasta aquí ha llegado el preámbulo de mi Blog, "mi queridísimo Blog".
A partir de ahora, él y yo, yo como paciente él como impagable y callado interlocutor, hablaremos de "angeles y demonios", de Zapatero y Rajoy, de Mourinho y del Barcelona, de literatura y de libros. Si, sobre todo de Libros.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Página en blanco

      Aún no se que quiero hacer con este Blog. Tampoco sé muy bien por qué he decidido crearlo. Me parece atrevido utilizar este verbo tan hermoso, pero no se me ocurre otro. Espero que no me lo tengan en cuenta. Bueno a lo que iba; aquí estoy ante una página en blanco, con escaso talento, y sin un tema interesante que abordar.

      Afortunadamente para mí, lo que escriba ahora no será sometido al escrutinio de otros ojos. Los míos, miopes y cansados seran los únicos que recorran una, y espero que más veces, las emociones, los arrebatos, las críticas y los plácemes que las palabras que hilvane logren reflejar. Bueno, tal vez mi mujer y mis hijos, culpables confesos de esta quimérica aventura, acaben echando una mirada benévola a estas disgresiones.

      Con el tiempo, y si consigo convencerme de que algo de lo que escriba puede tener algún valor para otros, este Blog se abrirá y será de quién quiera cogerlo. 

martes, 15 de marzo de 2011

No hay sueños sin libertad (Recuerdos.-1)

Finalizaba el verano de 1968. Recuerdo que hacía calor. Mucho calor. Había ido solo. No se si llevaba equipaje  conmigo. Tampoco se como llegué, no tenía coche ni carnet de conducir, por lo que supongo que alguién me acercó hata el "chorro santo", justo a la entrada del pueblo. 
En la calle no había nadie,tal vez por el calor.

 Serían las cinco y media o séis de la tarde. He de reconocerlo, estaba un poco asustado. Tenía 24 años y hasta entonces mi vida solo sabía de juegos infantiles en la montañeta y en la Plaza de San Juan, de rebeldías y despertares adolescentes, y de una intensa etapa de formación en el seminario.

Entré en la Iglesia. Como la calle, estaba vacía, pero un frescor agradable dulcificaba el ambiente. Era pequeña, acogedora, pero estaba un poco descuidada. Me puse a rezar, a suplicar más bien. Nadie me había preparado para aquello. Celebrar misas, administrar sacramentos, predicar...Aún no lo sabía, pero con seguridad, esto no habría de bastar. Y para lo otro, para lo que deberia ser el cimiento de mi trabajo en Temisas, yo no había recibido formación.

No recuerdo que hice cuando salí de allí. No se si el olvido tiene que ver con el tiempo transcurrido -hoy estamos a 15 de Marzo de 2011- o simplemente obedece a un proceso selectivo de la memoria que elimina lo superfluo. Dejémoslo pues  así.

Han pasado 42 años y dos estaciones. Muchas cosas han ocurrido desde entonces. Algunos de los protagonistas de aquella hermosa historia ya no están aquí para compartir nuestra memoria, otros quedarán ocultos como los figurantes de una gran superproducción, aunque su lucha fuera tan importante como la de los que se vieron obligados a pelear en primera fila. A todos mi reconocimiento, mi admiración y mi respeto.