lunes, 2 de febrero de 2015

Aznar ¿Vuelve el "fantasma"?

"Si España me necesita volveré para ser Presidente para un Gobierno de salvación" .- 28 de enero del 2015.- (José María Aznar)


¿Vuelve el "fantasma"?

No me gusta este hombre. Si entre mis amigos, de estos u otros muros, hubiere quien sintiera por él alguna suerte de fascinación admirativa, le rogaría que no pensase que lo que estoy a punto de escribir es un absurdo dislate fruto del desconocimiento, la animadversión personal o la miserable disputa partidaria.

Es evidente - y esto he de decirlo en honor a la verdad - que, ni conozco toda la vida y milagros del señor Aznar ( confieso no tener el menor interés ), ni siento por su personaje empatía alguna, y por supuesto, estoy muy lejos de sus postulados ideológicos y su concepción de la vida y las relaciones humanas.

No obstante, asentándome en hechos ocurridos, confrontados y contrastados de su personal historia política, apoyándome en lo que revela su verbo dogmático y excluyente y en lo que nos transmiten sus gestos narcisistas y altaneros, me ha dado por pensar - y no creo ser el único que lo haga - que estamos ante uno de los "fantasmas" más sobreactuados de cuantos ha parido nuestro país. Y sería para partirse de risa si no fuera porque se trata de un tipo de "fantasma" iluminado y peligroso.

Llegó al poder dentro de su partido arrasándolo todo, quitándose de en medio a todo el que le hacía sombra o se atrevía a cuestionar su hoja de ruta. Hernández Mancha, Miguel Herrero y Rodriguez de Miñón y decenas de hombres y mujeres que sería muy prolijo enumerar aquí, podrían dar constancia de ello, aunque no albergo la mínima esperanza de que lo intenten siquiera.
Antes, y como paso previo en el camino que debería conducirle al poder total, acabó - maledicencias y calumnias como bagaje - con el presidente de la junta de Castilla León, Demetrio Madrid. Algunos lo han olvidado. Otros muchos, no. Tampoco yo.

Ya en la cumbre, y a la sombra de importantes poderes mediáticos, ninguneó al Rey ( le hubiese gustado ser presidente de la república, o Rey,... o Napoleón) En la nube de su éxtasis, no duda en convertirse en Nacionalista Converso - todo sea por el poder y la gloria - y habla de ETA como  Movimiento Nacional de Liberación Vasco. Confiesa que parlotea catalán en la intimidad - ¿de qué hablarían?, ¿de Banca Catalana, de Andorra, del 3%, de tápame tú que ya te tapo yo...? - Compró medios de comunicación, intentó hundir a los que le eran esquivos, aseguran que regaló empresas públicas a sus amigos y se elevó a los altares ofrendándose a si mismo una disparatada boda imperial que aún hoy no sabemos como se financió... -¿O sí? - Nos metió en una guerra ignominiosa para ganarse el favor de su amigo americano, mintió, conspiró y utilizó el sufrimiento y el horror del atentado del 11M para intentar ganar unas elecciones y se apropió de la autoría de una  bonanza económica que empezó dos años antes de que él llegara a la presidencia del gobierno y continuó más de tres años después de que él desapareciera (aunque algunos no se dan por enterados y aún hoy continúan vendiéndonos la moto) ¡Así se escribe la historia!

Antes de continuar debería explicar por que le llamo "fantasma" y no directamente dictador o déspota. Sencillamente, porque todo él me parece una "Gran mentira". Me basta con observar detenidamente sus puestas en escena: su engolamiento pedante y vacío, su afectación en la colocación de las manos - burda imitación de gestos arzobispales amanerados y trasnochados - su obsesión por regalarnos frases poéticas compradas "al negro" de turno metidas con calzador para hacernos creer que estamos ante alguien estudioso y culto. Su narcisismo enfermizo, su vanidad infantil - rayana en lo esperpéntico -  su mirada de tipo seguro, mil veces ensayada ante el espejo...

Es tan pobre, que se lo ha creído. Su cohorte de aduladores, los órganos de propaganda situados en una dimensión que él nunca conocerá, los creadores en la sombra de esta patética marioneta, han acabado alumbrado a un personaje de cómic malo.

Me produce sonrojo cuando este hombre habla de patriotismo, deber, o amor a su país. Y me da miedo. Todos los iluminados, los mesías, los salvadores, me dan miedo. Son peligrosos. Si además son desleales, vacuos y ridículamente ególatras... apaga y vámonos.

No creo que pueda volver - ni los suyos le soportan ya - pero entretanto ya se encargará de crispar, destruir, envenenar... buscará que se le añore, se le desee y se le reclame como gran padre de la patria. No ha podido soportar que le retiren el incienso, que no le lleven bajo palio, que no se arrodillen a su paso.

Y amenaza con volver... El pobre no se entera. Lo van a barrer.

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