jueves, 5 de febrero de 2015

URGENCIAS.



      El dolor y la noche son malos compañeros de viaje. Casi siempre se alían con el miedo. Y el miedo... ¡maldito miedo!... De repente te sientes frágil, muy frágil. Es importante que alguien te coja la mano y acaricie tu cara y bese tu frente... Pero no puedes evitar sentirte solo. Aunque él(ella) esté ahí, aunque estemos juntos. Una doctora se asoma y pronuncia su nombre. Y se va. Despacio. Sin atreverse a mirarte. Tu también te quedas solo. Y pasan las horas. Queda poca gente en la sala. No sabes nada. ¿Cómo estará? Y te invade la tristeza. Y vuelve el miedo. Te levantas y paseas. Vuelves a sentarte. Han pasado tres horas y media. Por fin sale. De lejos escudriñas su rostro. Se acerca sonriendo. Todo ha ido bien. El miedo se ha ido por piernas. Le abrazas largamente, sonríes y ... "Vámonos a casa".

No hay comentarios:

Publicar un comentario