Si tuviera más madurez, posiblemente no escribiría. Se me notan demasiado los descosidos en el traje. Me sobran vanidad y atrevimiento y me faltan humildad y sabiduría.
Y sin embargo aquí estoy, una y otra vez ante el jodido muro que me pregunta, sin importarle tres pepinos mis dudas y mis miserias, :"¿Qué estás pensando? "
Claro que, podría mandar a freir espárragos al curioso impertinente y seguir leyendo lo que más abajo me proponen mis amigos y navegar sin sobresaltos...
Y sin embargo algo dentro de mí me empuja a desnudarme, a compartir lo que pienso, a comprometerme, aunque quede a la intemperie, aunque algunos no lo entiendan, aunque pueda decepcionar a aquellos que me quieren. No puedo evitarlo. O tal vez no quiera. ¡Vaya usted a saber!
¿Pero como pararme a pensar en estos momentos en las pequeñas desventuras de mi alma y no entrar a ocuparme con todas sus consecuencias de los desafueros que la corrupción, la incompetencia y una ideología política depredadora y desalmada están causando en nuestra convivencia.?
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