domingo, 20 de octubre de 2013

Tomás



      Estaba sentado en un banco de la estación. Había mucha gente moviéndose por los andenes. Era hora punta. También los bancos estaban llenos. Todos aguardando a la guagua que les devolvería a casa. Ya estaba bien por hoy - pensarían -. Tomás miraba a unos y a otros. Ya se marchan los que van a Mogán. Algunos parecen extranjeros. Tomás les observa, sonríe y parece balbucear un "buen viaje". Tal vez diga otra cosa. Su mirada, no obstante, sólo refleja sentimientos amables. Hay quién le devuelve el saludo. Como sí le conocieran de otras tardes,... o de otras despedidas.

      Ha llegado un hombre mayor y se sienta junto a él. Tomás le mira y le dice:

      .-"Huele usted muy bien". "Huele a colonia". Me gusta como huele". " Por favor, perdone, no se enfade conmigo".

      .- ¿"Por qué dices eso? ¿Por qué me iba a enfadar contigo"? "Eres muy amable".

      .- "¡Oh, gracias!"... "Yo voy a San Mateo".

      .- "San Mateo es un pueblo precioso"- contestó el señor mayor -

      .- "Oh, si"... ¿Y usted adonde va?"

      .- "Voy a Agüimes, a un festival de Teatro".

      .- "¿Agüimes?" - A Tomás se le iluminan los ojos y por un instante pareció transportarse lejos de allí - "¡Agüimes!"... "¡Qué guay! Agüimes es el mejor Ayuntamiento de la isla. Cuando hay elecciones, si hay 20 concejales, ellos sacan 19. Siempre es así. ¿Usted no lo sabía? Me gustaría vivir allí".

      El joven Tomás está en paro desde hace algo más de un año. Según me dijo, acaba de cumplir 32 años pero espera jubilarse cuando tenga 45. Tiene muchas ganas de dormir sin miedo al despertar. Tomás tiene alguna minusvalía psíquica, pero es clarividente y quiere ser feliz. Y sueña con un mundo en el que haya trabajo para todos, y los enfermos estén atendidos, y no existan tantas personas pasando hambre.

      .- "Bueno, Tomás, encantado de conocerte, la guagua para Agüimes va a salir. Tengo que irme. Gracias por tu información. Me has ayudado mucho. Adiós."

      El joven vio alejarse al señor mayor y perdió su mirada entre las guaguas y las personas que iban y venían. Mientras lo hacía, sus labios no paraban de moverse. Me hubiera gustado saber qué cosas contaba.

...............................

      Esta es una historia real que se produjo el miércoles 16 de octubre entre las 18.00 y las 18.20 en la estación de guaguas de San Telmo en Las Palmas de Gran Canaria.




No hay comentarios:

Publicar un comentario