miércoles, 11 de diciembre de 2013

Humilde y compasivo, "aunque sobradamente preparado"

      Llevaban mucho tiempo esperando. Ahora les preocupa que en un descuido les roben la esperanza.

      Francisco es percibido como un regalo por muchos hombres y mujeres de buena voluntad, sean estos, cristianos, agnósticos o ateos. Dudo, sin embargo, que los poderes a los que las palabras y los comportamientos del Papa están poniendo contra las cuerdas, vayan a quedarse quietos. El Tea Party Norteamericano ya ha asomado la patita; El Tea Party Español es más cobarde y lo hace de forma más sibilina: basta con contemplar "su entusiasmo" y sobre todo, con escuchar "sus silencios")

      Hay demasiados intereses en juego. Mucho poder, muchos privilegios y mucho dinero.
Se da por seguro - yo lo doy por seguro - que le calumniarán, le pondrán zancadillas, intentarán desprestigiarle. Y todo eso desde dentro. Nada nuevo.

      El Papa Francisco parece un hombre bueno. Sencillo y bueno. Cercano y bueno. Y sin duda, es su bondad lo mejor. Lo que más grande le hace. Pero Francisco no es solamente un humilde cura de pueblo - dicho esto con el mayor de los respetos - es además una persona intelectualmente importante, con una sólida preparación teológica, con un bastísimo conocimiento del mundo en el que vive y un apasionado amor por la cultura. Que no teman pues los guardianes del dogma y la moral, por la ortodoxia de la fe, Francisco es un Papa humilde y compasivo, "aunque sobradamente preparado".

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