martes, 12 de abril de 2011

De Tertulias y Tertulianos.

No se si a ustedes les pasa, pero para mi, evitarlos, es casi una cuestión de supervivencia, de higiene mental. Su proliferación, su abuso, su utilización como arma de destrucción del adversario, están consiguiendo -no creo que inocentemente - crispar la vida pública hasta extremos indeseables.

Los medios de comunicación, fundamentalmente Televisión y Radio, han testado el filón que supone para la captación de audiencias, -siempre las malditas audiencias - ese "reality show," con ínfulas de intelectual y culterano, en que se han convertido muchas de las tertulias que abarrotan las parrillas de programación.

Me enerva ser consciente de la burda y soez  planificación  con la que, los que manejan el cotarro, manipulan y dirigen a la opinión pública.

La información, los hechos medibles y constatables han pasado a ser material prescindible. Lo que importa es "el aderezo," la interpretación interesada, la opinión disfrazada de "celo justiciero."  Todo medido. Hasta el último detalle. Desde mucho tiempo atrás. Desde el desembarco masivo en la compra de Medios de comunicación, escritos y audiovisuales, de quienes tienen a este país "cogido por los huevos".

Y en esta escenificación bodevilesca, aparecen los grandes protagonistas,  los tontos útiles, las renacentistas del siglo XXI : " Los Tertulianos."

 Opinan de todo, descalifican, aseveran, afirman y condenan, sobre todo condenan.
Se atreven con la Energía Atómica o con José Mourinho, con la Física Cuántica o con Belén Esteban, con las Energías Renovables o las Células Madre, con la Política Antiterrorista o con las Causas de la Crisis. Nada se resiste a su infinita sabiduría y perspicacia. Se comportan como auténticos "profesionales". Saben en todo momento lo que han de defender... "Como lo sabemos nosotros, los que escuchamos". Es un guión que tiene trampa, en el que se conoce el final antes que la película acabe. No debaten, no escuchan, no interpelan. Afirman, dogmatizan, se encierran. Los ciudadanos son las piezas a abatir, el terreno en disputa, el voto a conquistar. ¿Qué importa la información veraz?, ¿Que importa la razón? Lo único relevante es la conquista del poder, como sea, al precio que sea.

Bajo esta mirada - algo cínica si ustedes quieren - se entiende a la perfección por qué no participan más asiduamente en estos programas, profesionales contrastados que nos ayuden a entender los muchos interrogantes que tenemos abiertos en la vida pública. Intelectuales, cientificos, creadores, ciudadanos preparados, independientes, sin ataduras.

Definitivamente, no interesan. Las audiencias se nutren del morbo, de los gritos, de los escándalos. Poco importa el dolor que se cause, el odio que se inocule, la degradación que se genere. ¡El espectáculo debe continuar! ¡Muerte al aburrimiento!

 Pero eso si, controlando el resultado final, con todo atado y bien atado.

Post-data :  Pido perdón a los tertulianos honrados -que los hay - por el exceso generalizador de mi comentario. Eso si, les pediría que vigilasen con mimo sus participacion en determinados programas, donde su honradez es utilizada arteramente, como coartada para conseguir cierta apariencia de respetabilidad y pluralidad.

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